domingo, 27 de noviembre de 2011

Punto y aparte.

Pues sí, a veces también me subo al tren de lo-convencional y juego el papel de la-vida-no-tiene-sentido como todos… pero al fin, hoy me dio por bajarme un rato.

Sé que a veces me quejo de lo que no es pero pudiera, o porque no, me quejo de lo que es pero me gustaría que no fuera. Desde los políticos, la música y hasta la televisión, pasando por el tráfico y todo ese montón de gente que nos joden la existencia nada más porque sí.

Se me ocurren al menos unas 247 cosas que podrían sonar como un pretexto perfecto, o al menos razonable para decir que no estoy TAN loco y que si a veces me sale lo energúmeno es solo porque soy tan solo una víctima más de este mundo y sus demonios… pero no, hoy no.

Hoy acepto mi total e inocente culpabilidad. Porque a veces me preocupo demasiado, y otras tantas muy poco. Porque hoy me acorde que no soy punto y parte como a veces me gusta engañarme, soy parte del mismo párrafo con todo y todo, y aunque podría parecer otra cosa, lo digo satisfecho.

Porque somos parte de la misma oración, hasta podría decir que del mismo verso.