Te dije que quizás algún día leerías lo que escribí aquel día, ¿sí sabes de qué hablo, verdad? En fin, hoy lo encontré y quise que lo leyeras para que vieras que esto no es tan de recién como pensaste. Espero luego podamos hablarlo un poco.
No sé cómo pasó. Te aseguro que no lo planeé y, por increíble que parezca, me sorprende igual o más que a ti. No me mal interpretes, desde siempre me has cautivado, así que la sorpresa no es porque nunca lo hubiera deseado. De sobra sabes que tu boca es para mí todo un paraíso, solo que es un paraíso que no me pertenece.
Al fin, hicimos como si todo estuviera bien y fuera algo casual, pero yo sé, que al menos para mí, algo pasó. No estoy diciendo mucho más de lo que digo, no sé si está bien o si es una señal, solo se que algo sucedió. Quizás estoy siendo paranoico y llevando las cosas más allá de donde son, pero al mismo tiempo siento que esto es algo importante.
No estoy seguro si decírtelo, aunque... ¿que te digo?. Quizás fue una de esas situaciones que se salen de control por un momento y todo vuelve a la normalidad, pero también pienso... ¿Qué se supone que es la normalidad en nuestra situación?
Será que nuestros labios se reconocen, pero por un momento me sentí en mi sitio.