Disfruto observarte poco mas que el escucharte.
Podría morir viendo las estrellas, aunque prefería hacerlo mientras navego en tu mirada.
No puedo evitar escribir, sabiendo que a veces hago mal al provocarte.
Le temo al miedo casi como le temo a las confusiones.
Me hiero el llanto, tanto como los rencores.
Evito el ruido tanto como el pasado.
Admiro al presente un poco menos que a la luna.
Sigo la ruta que me marcan los misterios.
Me divierte el engaño, un poco mas que cualquier trampa.
Prefiero los sueños mucho mas que los recuerdos.
Busco el secreto que se guarda entre tus labios, con el mismo afán que busco las palabras en mi tintero.
Será que no me gusta el maquillaje, o será que mi conciencia ya se ha quedado dormida, pero brotó sin pensarlo y por lo tanto, lo deje sin pulirse... a fin de cuentas, siempre es lo mismo...
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