Yo también creía que la luna era de queso

No se si por despistado, por confusión o poco observador, pero yo también creía que era mejor el ser al estar. A tener un titulo a tener un nombre. A buscar la aprobación en lugar de la aceptación.

Viví mucho tiempo creyendo en el cuanto sin entender muy bien el suficiente o al necesario y a otros de sus hermanos aún más afortunados, 

Se me fueron muchos ahora por andar ocupado con el mañana. Creí en el tarde y en el temprano, aunque ya empezaba a vislumbrar de cuando en cuando al justo a tiempo.

También creí en el ganar y perder y hasta cometí el error de creer en los errores. Caí en el juego de la mentira y la verdad, el bien y el mal, y otro montón de equivalentes.

Yo también creía que la luna era de queso, pero ya ves, resultó que el queso está hecho de cachitos de luna.

¿Qué más da?

Yo era de los que creían que el entrar en contacto cercano con la muerte, te cambiaba. Ya se que suena como un típico guión de película, pero me parecía que debía ser cierto. Exactamente no podría explicar el argumento, pero sentía que se generaría una gran carga emocional, un vértice reflexivo o no se exactamente que, pero algo que se quedaba en cada uno de nosotros.

Lo creí por muchos años, incluso después de saber que estuve apunto de morir al nacer, de pasar un par de accidentes un poco aparatosos, eh incluso después de experimentar eso de que la vida no está comprada y que aunque hoy te sientas perfecto, mañanas puedes estar en la cama de un hospital. En fin, la cosa es que después de todos estos años entendí que a diario estamos en contacto con la muerte, puesto a que somos absolutamente temporales y como tales pensamos. No nos gusta pensar en que algún día no estaremos, sin embargo poco pensamos en que hoy aquí estamos. Vivimos en el mañana, en el ayer, en el cada vez más gigantesco ojalá y hasta en el un día de estos.

Ahora creo que lo que realmente te cambia es esos momentos en los que estas realmente en contacto con la vida. Ese beso inesperado, ese primer trago del café por la mañana, esa canción en la radio que apuestas compusieron para ti, esa fotografía que te llevo de nuevo a aquel atardecer, y por supuesto, esa primera mirada (o última, ¿por que no?).

Algunas de estas cosas podrán parecer cosas triviales y otras realmente trascendentales y no parecerían ser comparables, pero justo eso es parte del problema, a veces estamos tan ocupados mientras medimos, comparamos y clasificamos que no nos detemos a simplemente vivir. Que sí es bueno, que si es malo, que si es legal, que si es ético, que sí está prohibido, que si es recomendable, que si es el primero, que si ya no hay más... ¿Qué más da?

Coincidencia

Quizás es culpa de toda esa televisión y todas esas frases e historias que los viejos cuentan, pero me declaro a favor de los que afirman que todas las cosas tienen una conexión y significado mayor, un alcance más allá de nuestra reducida y finita visión.

Ya sé, es mucho más agradable creer que existe una razón para perder el autobús, no conseguir la promoción, perder a la mujer que amas o cualquier otra tragedia que se te pueda ocurrir; sin embargo, considera que entré tantos eventos aleatorios, una de las tantas posibilidades que existen, es que precisamente, todo forme parte de una cadena (infinita) de eventos ínterrelacionados.

Quien sabe, puede ser que hasta el que yo escriba esto, tenga un impacto mayor al esperado. Podría ser que de no haberlo hecho, justo ahora estarías leyendo otra cosa que podría serte de mayor utilidad. Quizás encontrarás la pista que necesitabas, la señal que estabas buscando, la pregunta a tus respuestas... Supongo que nunca lo sabremos y tendremos que seguir etiquetando esas pequeñas señales de interconexión como simples coincidencias.

Escritor

He decidido que un día voy a ser escritor. Quizás en un par de años, algunos meses o quizás el próximo Martes. Definidamente no será un Viernes, ni mucho menos un Lunes. Quizás se preguntará mi querido lector ¿por que esta resolución? Bueno, principalmente porque siempre pasa que los Viernes estoy mentalmente divergente, y los Lunes sería muy poco original, es decir, ¿que creatividad puede tener alguien que comienza su aventura literaria el día menos cool de la semana?

En fin, volviendo al punto, creo que podría vivir de eso. Un cuento publicado por aquí, un par de versos publicados por allá, quizás un refrán o un soneto regados en las hojas de los calendarios esos que quitas una hoja por día... Quien sabe, posiblemente hasta podría tener alguna frase célebre que usen como intro en una película, es más, un poco de suerte y hasta podría ser leída por alguien como Morgan Freeman, o ya por lo menos por Leonardo DiCaprio.

Si, ya me gustó la idea. Señoras y señores, familiares y amigos, bloggeros, programadores, doctores, contadores, abogados, héroes, delincuentes, gobernantes, líderes, editores, personas sin hogar, consejeros matrimoniales,  químicos, carpinteros, albañiles, jugadores, guardias, pintores, probadores de software, gerentes, veterinarios, rojillos, alcohólicos, limpiaparabrisas, tortilleras, bailarinas exóticas, tatuadores, maestros... A lo que voy querido público en general, sin entrar en muchos detalles: un día voy a ser escritor.