Viví mucho tiempo creyendo en el cuanto sin entender muy bien el suficiente o al necesario y a otros de sus hermanos aún más afortunados,
Se me fueron muchos ahora por andar ocupado con el mañana. Creí en el tarde y en el temprano, aunque ya empezaba a vislumbrar de cuando en cuando al justo a tiempo.
También creí en el ganar y perder y hasta cometí el error de creer en los errores. Caí en el juego de la mentira y la verdad, el bien y el mal, y otro montón de equivalentes.
Yo también creía que la luna era de queso, pero ya ves, resultó que el queso está hecho de cachitos de luna.
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