No se, todo paso tan de repente que describirlo paso a paso y justificar cada una de las ideas que inundaron mi mente sería demasiado complicado, eso para no llegar a decir imposible... Para no hacerlo muy largo, diré que me acorde de ese famoso equilibrio que tanto me habían mencionado.
Recordé que no importa que tan especial me puedo llegar a sentir, siempre vendrá algo a recordarme que no soy el ombligo del mundo. No lo digo como queja, en realidad lo digo con agrado, porque también logré recordar que no importa que tan invisible me pueda sentir, siempre vendrá algo que me recuerde que no soy tan trasparente.
Quizás no sea nada nuevo, y lo hallan dicho miles de veces... pero hoy recordé que todo es cuestión de equilibrio. Me sentí afortunado por mis errores, y bendecido por mis victorias. Entendí que alguien sin pasado es tan inútil como alguien sin futuro (e igual de imaginario).
Me sentí tan lejano del hombre del mañana, que perdido y confundido al igual que el hombre del pasado, no se enfoca ni disfruta su presente. Hoy estoy aquí, haciendo lo que decidí hacer... pensando en mi futuro con el mismo valor que le doy a mi pasado.
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